Mostrando entradas con la etiqueta Nidos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nidos. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de abril de 2020

Nido de hocó colorado

A través de las redes sociales como facebook me enteré que en la Reserva Ecológica Costanera Sur (RECS) había un nido activo de hocó colorado (Tigrisoma lineatum); varios amigos habían comentado y subido fotos de un nido donde los adultos empollaban huevos y luego el nacimiento de los pichones. Visitamos dos veces el nido en dos viajes hechos a la ciudad de Buenos Aires durante comienzo de la primavera pasada.

12 de septiembre 
Para esos días teníamos planeado ir a Buenos Aires y fuimos a la RECS aunque no especialmente para buscar ese nido pero sí lo teníamos en cuenta. Al comienzo lo pasamos de largo ya que está entre las ramas de unos árboles sobre el canal Viamonte. Luego de tomar unas fotos a un churrinche (lo publiqué hace un tiempo) retornando sobre nuestros pasos nos encontramos con una señora extranjera que observa aves y que vive hace ya bastante tiempo en la ciudad la que nos dijo por donde estaba el nido. Finalmente lo encontramos, vimos a un adulto parado sobre la plataforma de palitos que construyó con dos pichones apenas emplumados; estaba algo complicado verlos bien por las ramas y las hojas además de la luz de costado pero algunas fotos y filmaciones pudimos hacer.
Las primeras fotos son a mediados de la mañana en tanto que la última fue tomada en sombras por la tarde, con el adulto dándole calor a los pichones.





Por la tarde



22 de octubre
Poco más de un mes después volvimos a ir a Buenos Aires y a la RECS, nuevamente pasamos a ver el nido y nos sorprendió lo crecidos que estaban luego de 2 semanas y media. Los dos jóvenes estaban bien emplumados e incluso se aventuraban por las ramas del árbol en donde estaba el nido, siendo uno de ellos más audaz y el otro más  cauteloso, volviendo al nido poco después. Era más que seguro que faltaban muy pocos días para que comenzaran sus primeros vuelos (¿o ya lo hacían?) y abandonaran el nido para siempre y emprender su propia subsistencia.






Hermano audaz









Hermano cauteloso


Temas relacionados
RECS (septiembre 2019)
Belleza en rojo

lunes, 2 de diciembre de 2019

Reciclando materiales para el nido

En septiembre de este año di una vuelta nuevamente por cercanías de la diminuta localidad de Berra, a  unos 10 km de mi casa, a un sector donde todavía existe un terraplén del ya desaparecido ferrocarril de trocha angosta, hace más de 50 años. Ese sector al ser estatal está poco aprovechado y crecen muchas especies nativas como tala, espinillo, sauce y molle y otras tantas exóticas como fresnos, álamos, acacia negra y moreras.
Entre las aves que fuimos a ver destacan los espinero pecho manchado (Phacellodomus striaticollis), un furnárido casi desconocido para el que no observa aves y no es de extrañar porque vive entre arbustos, ramas espinosas de árboles y pajonales altos. En 2016 pasado vi una pareja en un nido el cual construyen con palitos y con paciencia logré que llegaran y vi como entraban y salían del nido a corta distancia (ver aquí) . Esta vez también vi una pareja, quizás la misma, viendo que posó luego de dar varios rodeos en un nido. Pensé que era su nido pero mi sorpresa fue grande al ver que tomaba palitos del mismo y lo utilizaban para hacer uno nuevo casi encima de mi cabeza, en un aprovechamiento de materiales que nunca había observado.
Lo observé un rato pero quizás alertado por mi presencia luego de unos minutos se fue más lejos, o quizás fue a alimentarse, quien sabe.



Buscando palitos en el nido viejo y abandonado







Nido nuevo, apenas se distingue en el centro
Un descanso luego de trabajar y cantar en el nido nuevo

martes, 1 de mayo de 2018

Historia de un nido de chiflón

A comienzos de octubre mi compañero de trabajo en la Cooperativa Eléctrica de Monte, Walter López, me avisó que en el campo familiar donde vive  había un nido de chiflón (Syrigma sibilatrix), más conocido como garza chiflona o garza silbona donde vivo. Estas garzas hacen el nido sobre las ramas de los árboles, lejos del agua ya que son de hábitos muy acuáticos y muchas veces cerca de casas, como en el caso del campo de Walter que las vio anidar varios años en su propiedad.
Así que luego que me comenta esto a los pocos días me voy a ver si estaban para poder tomarle algunas fotos. La primera vez que fui fue el 5 de octubre de 2017, solo había unos adultos que se alteraron un poco cuando estuvimos debajo del  eucalipto donde tenían el nido, miraban desconfiadas y luego salían volando para dar unas vueltas y retornar, quizás estuvieran empollando por esa fecha.





Volví a lo de Walter el 3 de noviembre y me encontré con pichones que quizás ya habían nacido a mediados del mes anterior; para fotografiarlos apoyé una escalera hasta el nido pero estuve incómodo y tomé las fotos sin saber bien a que enfocaba ya que las tomé con la mano extendida. No quedé demasiado conforme con el resultado, me prometí revancha unos días más tarde.
Los pichones eran 3, había una leve diferencia de desarrollo entre ellos, eran agresivos ante la proximidad de mi cámara y tiraban picotazos al aire para amedrentarme en algunas ocasiones, aunque mayormente permanecían quietos observándome.








Nuevamente retorné hacia el nido e hice unas fotos del lugar para mostrar el sitio de anidación el día 10 de noviembre. Ya no estaba más uno de los pichones, quizás se cayó un día de viento, por un mal movimiento, inclinación del nido o tal vez por competencia con sus otros hermanos. Creo que mejoré un poco las fotos aunque no es tan fácil estando alto subido a una escalera y con tantas sombras de ramas y hojas próximas que hacían contraluces y fondos complicados.
Eucalipto donde estaba el nido

Horqueta donde estaba el nido







El día 23 de noviembre retorné por última vez al nido; Walter ni su familia estaban en su casa, así que lo único que hice fueron unas fotos desde abajo, ademas los pichones estaban grandes y se hubieran alertado mucho más que cuando eran más pequeños; estaban los dos que me miraban algo despreocupados desde lo alto, seguramente en una o dos semanas estimo abandonaron el nido y comenzaron a hacer su propio camino.