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martes, 30 de marzo de 2021

La fortaleza de las bandurrias

La bandurria austral (Theristicus melanopis) busca como lugares de nidificación sitios altos en salientes rocosas donde haya  muy poco acceso a los predadores terrestres. Esta especie nidifica en la Patagonia, migrando a las Pampas y centro del país durante el invierno.
En el valle medio del río Chubut tienen muchos lugares ideales para poder nidificar, por haber grandes formaciones rocosas verticales y numerosas geoformas de difícil acceso. Un lugar donde hay muchos nidos de bandurria austral es el Área Natural Protegida Piedra Parada, un lugar que vale la pena visitar y del cual hice una publicación en mi blog Patagonia, se puede ver aquí.
Durante el 25 y 26 de diciembre de  2020 mientras recorríamos el cañadón de la Buitrera, cuya entrada está a solo 1000 metros de Piedra Parada, pudimos ver varias bandurrias, tanto en sus posaderos, nidos y también sobrevolando el cañadón entre las grandes paredes rocosas de hasta 150 metros de altura.
Pude observar varias bandurrias hasta la mitad de la mañana o poco antes. Luego seguramente fueron a partes bajas y húmedas a buscar alimento que consiste en lombrices y gusanos, que captura entre el barro o los pastos cortos, extrayéndolos con la punta de su largo pico curvo.

 25 de diciembre al atardecer






26 de diciembre a la mañana










viernes, 17 de abril de 2020

Nido de hocó colorado

A través de las redes sociales como facebook me enteré que en la Reserva Ecológica Costanera Sur (RECS) había un nido activo de hocó colorado (Tigrisoma lineatum); varios amigos habían comentado y subido fotos de un nido donde los adultos empollaban huevos y luego el nacimiento de los pichones. Visitamos dos veces el nido en dos viajes hechos a la ciudad de Buenos Aires durante comienzo de la primavera pasada.

12 de septiembre 
Para esos días teníamos planeado ir a Buenos Aires y fuimos a la RECS aunque no especialmente para buscar ese nido pero sí lo teníamos en cuenta. Al comienzo lo pasamos de largo ya que está entre las ramas de unos árboles sobre el canal Viamonte. Luego de tomar unas fotos a un churrinche (lo publiqué hace un tiempo) retornando sobre nuestros pasos nos encontramos con una señora extranjera que observa aves y que vive hace ya bastante tiempo en la ciudad la que nos dijo por donde estaba el nido. Finalmente lo encontramos, vimos a un adulto parado sobre la plataforma de palitos que construyó con dos pichones apenas emplumados; estaba algo complicado verlos bien por las ramas y las hojas además de la luz de costado pero algunas fotos y filmaciones pudimos hacer.
Las primeras fotos son a mediados de la mañana en tanto que la última fue tomada en sombras por la tarde, con el adulto dándole calor a los pichones.





Por la tarde



22 de octubre
Poco más de un mes después volvimos a ir a Buenos Aires y a la RECS, nuevamente pasamos a ver el nido y nos sorprendió lo crecidos que estaban luego de 2 semanas y media. Los dos jóvenes estaban bien emplumados e incluso se aventuraban por las ramas del árbol en donde estaba el nido, siendo uno de ellos más audaz y el otro más  cauteloso, volviendo al nido poco después. Era más que seguro que faltaban muy pocos días para que comenzaran sus primeros vuelos (¿o ya lo hacían?) y abandonaran el nido para siempre y emprender su propia subsistencia.






Hermano audaz









Hermano cauteloso


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lunes, 2 de diciembre de 2019

Reciclando materiales para el nido

En septiembre de este año di una vuelta nuevamente por cercanías de la diminuta localidad de Berra, a  unos 10 km de mi casa, a un sector donde todavía existe un terraplén del ya desaparecido ferrocarril de trocha angosta, hace más de 50 años. Ese sector al ser estatal está poco aprovechado y crecen muchas especies nativas como tala, espinillo, sauce y molle y otras tantas exóticas como fresnos, álamos, acacia negra y moreras.
Entre las aves que fuimos a ver destacan los espinero pecho manchado (Phacellodomus striaticollis), un furnárido casi desconocido para el que no observa aves y no es de extrañar porque vive entre arbustos, ramas espinosas de árboles y pajonales altos. En 2016 pasado vi una pareja en un nido el cual construyen con palitos y con paciencia logré que llegaran y vi como entraban y salían del nido a corta distancia (ver aquí) . Esta vez también vi una pareja, quizás la misma, viendo que posó luego de dar varios rodeos en un nido. Pensé que era su nido pero mi sorpresa fue grande al ver que tomaba palitos del mismo y lo utilizaban para hacer uno nuevo casi encima de mi cabeza, en un aprovechamiento de materiales que nunca había observado.
Lo observé un rato pero quizás alertado por mi presencia luego de unos minutos se fue más lejos, o quizás fue a alimentarse, quien sabe.



Buscando palitos en el nido viejo y abandonado







Nido nuevo, apenas se distingue en el centro
Un descanso luego de trabajar y cantar en el nido nuevo

martes, 2 de enero de 2018

Saíras arcoiris y su nido

Ya de vuelta luego de casi dos semanas de viaje comparto mi primera entrada del año con un ave realmente hermosa, con colores asombrosos, la saíra arcoiris (Tangara seledon).
El lugar donde las observé es Don Moconá Virgin Lodge, un hospedaje fabuloso con muy buenas cabañas y restaurant con comida gourmet, es el más cercano a la entrada de la Reserva de la Biosfera Yabotí y a su vez el más próximo a los saltos del Moconá en el río Uruguay, de ambos hablaré próximamente en este blog. El nido de las sairas arcoiris estaba a poco más de un metro de altura en el tronco de una palmera sobre vegetación epifita y era visitado asiduamente por ambos padres que traían abundante provisión de insectos, en especial el macho. Los dos padres llegaban casi al mismo tiempo y se iban también al mismo tiempo; nunca los vi dándoles calor a sus pichones durante el día aunque de seguro no hacía falta ya que los días eran abrumadores. No solo los alimentaban sino que ocasionalmente retiraban con su pico la materia fecal del nido.
Antes de ingresar al nido ambas saíras posaban en ramas cercanas y observaban si había intrusos cerca del nido, si no hallaban amenazas ingresaban a alimentar a su pichones. Los principales disturbios al nido eran los visitantes o personal del lodge que pasaban por sus inmediaciones, muchas veces es inevitable ya que estaba a 3 metros de una puerta lateral a la recepción-restaurant.
Desde esa puerta vidriada cercana al nido, me sentaba en una silla y esperaba a que las aves llegaran, donde pude tomar numerosas fotos, la mayoría no fueron buenas por la escasa luz o el intenso contraste cuando salía el sol, no obstante varias salieron aceptables y son las que muestro en esta ocasión.
Las fotos son del 28 y 29 de diciembre de 2017.
Macho

Hembra

Macho ingresando al nido

Pichón


Hembra

Macho