sábado, 10 de noviembre de 2018

Parque Nacional Lihué Calel (12 y 13 de octubre de 2018)

Continuando con las publicaciones de mis viajes realizados en octubre continúo con la siguiente etapa que fue la escala en el Parque Nacional Lihué Calel.
Como saben muchos argentinos y quizás alguna gente de otros países los pasados meses de diciembre y enero se desataron intensos incendios en la provincia de La Pampa y norte de Río Negro, también sudoeste de Buenos Aires, donde las llamas devoraron la vegetación de más de 1 millón de hectáreas, debido a las altas temperaturas reinantes y a la escasez de lluvia.  En esta voracidad que tuvo el fuego ante las duras condiciones y la absoluta ineficacia de las autoridades nacionales fue afectado en gran parte de sus más de 58.000 hectáreas el PN Lihué Calel. Es duro ver como el fuego destruyó los árboles y los arbustos, quedando sus restos en pie carbonizados, aunque en esta primavera ya están brotando las nuevas plantas, cubriendo el suelo de verde las herbáceas, quien sabe cuántos años tardará en recuperarse de su vegetación arbustiva y arbórea.
El sector de las instalaciones de los guardaparques y el camping se salvó por poco, allí quedan muchos caldenes y algunos arbustos, no obstante el fuego estuvo a unos 30 metros de la casa principal de los gurdaparques. Esto afectó a la fauna que se podía apreciar, muchas de las aves típicas de arbustos se fue a otro sector del parque que no fue alcanzada por las llamas según me comentó uno de los brigadistas y una de las guardaparques.
Llegamos a media tarde y luego de armar la carpa fui por el sendero que lleva a la base de la sierra; tuve la intención de escalarla pero un poco por cierta falta de estado aeróbico, el horario ya algo corto para escalar y descender con las luces del día, además sopesando la idea que iba a ver pocas aves a pesar de rememorar la aventura de ver desde las alturas nuevamente la inmensidad pampeana y algunas rapaces sobrevolando las corrientes termales muy cerca mío decidí volver y no me decepcionó porque pude tomar unas cuantas fotos pero no tanto como era antes del incendio.
Cachudito pico negro (Anairetes parulus)

Piojito trinador (Serpophaga griseicapilla)

Jote cabeza colorada (Cathartes aura)


Nuestra carpa en el camping visto desde las laderas de la sierra y con zoom a 600 mm

Árboles y arbustos quemados

Cerro Sociedad Científica Argentina


Piedra con líquenes

Vistosos líquenes

Torcaza (Zenaida auriculata)
Ya en el sendero y rumbo a la zona del camping pude ver y fotografiar algunas aves, en especial una viudita común que hacía su característico despliegue territorial. Ya en la zona de acampe me entretuve bastante tomándole muchas fotos a un inambú montaraz que deambulaba en búsqueda de alimento; si bien no fue tan fácil porque tendía a escaparse caminando pude lograr buenos acercamientos aunque el ave parecía preferir los lugares sombrados para tratar de pasar desapercibida, no me fue posible tomarlo muy cerca ni con la luz perfecta pero quedé satisfecho de hacer esas tomas a un ave que había visto solamente en dos o tres fugaces ocasiones. También había algunos cuises chicos y dos machos de naranjero que al parecer cortejaban a una hembra, situación que seguí viendo la mañana siguiente aunque entre las ramas de los caldenes era casi imposible tomarle fotos sin que se alejaran.
Cabecitanegra austral (Spinus barbata) macho

Paloma manchada (Patagioenas maculosa)

Viudita común (Knipolegus aterrimus) macho

Piquitodeoro común (Catamenia analis)

Jote cabeza negra (Coragyps atratus)

Calandria grande (Mimus saturninus)

Cacholote castaño (Pseudoseisura lophotes), juntando material para el nido

Cuis chico (Microcavia australis)

Tordo renegrido (Molothrus bonariensis) macho

Naranjero (Pipraeida bonariensis) hembra

Inambú montaraz (Nothoprocta cinerascens)

Posando en familia para el recuerdo

La tarde fue pasando lentamente y dio lugar a un hermoso crepúsculo azul donde destacaba la luna cuarto creciente sobre la sierra; al oscurecer el cielo limpio mostraba al centro de la Vía Láctea no muy lejos del zenit sin polución lumínica artificial pero la luz de la Luna opacaba un poco las imágenes de los cúmulos y nebulosas de las constelaciones de Scorpius y Sagittarius.
Luego de las fotos del cielo mientras mi hija y mi esposa se  fueron a dormir a la carpa aproveché para tomar algunas fotos a la buena cantidad de vizcachas que salen de noche a pastar cerca de sus madrigueras. Estaba tomando las últimas fotos, de las pocas que me salieron a foco porque usaba una linterna débil para iluminar a los roedores, hasta que vi una persona que venía caminando con una linterna en la frente, era aun guardaparque que luego de un rato de buscarme me hallo en un banco del camping, lo esperaba sentado. Me dijo que no estaba permitido tomar fotos de noche, que si no sabía de las recomendaciones cuando me registré en el parque (en todas las veces anteriores ni en esta última en total 13 veces nadie me informó nada), que el tema es que hay pumas y que vienen  a cazar vizcachas y que estaba en posible peligro (de todos modos se puede acampar en el lugar y que se sepa no hay registros casi en el país que los pumas hayan atacado a la gente); me dijo todo como tres veces, así que la única opción fue acatar a la autoridad, guardar el equipo fotográfico e ir a descansar, cosa que de todos modos estaba por hacer luego de tomar las fotos.
Constelaciones de Crux y Centaurus sobre las sierras con algo de luz crepuscular

Vista del centro de la Vía Láctea

Vizcacha (Lagostomus maximus)

 Luego de una jornada intensa fui a descansar con cierta incomodidad, nos habíamos olvidado el inflador para los colchones, así que con unas mantas suavizamos un poco el piso duro y nos dispusimos a dormir. A poco de clarear, con las luces del alba me desperté, me levanté presto y me dediqué a contemplar como la luz del sol naciente iluminaba con luz cálida los tonos cálidos de las rocas de la sierra, resaltándolos aún más, con un color naraja bastante intenso.


Debíamos salir en lo posible a las 9 hs para emprender el largo viaje hacia San Martín de los Andes, así que con unas dos horas de tiempo disponible fui con Agustina a recorrer el sendero que lleva a la base del cerro y con más éxito que durante la tarde anterior, varios jotes cabeza colorada posaban en las ramas secas de un árbol. Cerca de la base del cerro había unas cuantas aves más, luego ascendimos un poco por la laderas y bajamos nuevamente, todavía merodeaban unos piquitodeoro, chingolos, palomas varias y uno de los jotes seguía posado en la rama, le saqué unos buenos retratos y seguimos camino. Ya Laura había guardado la carpa en el auto y estuvimos prestos para salir, ya en camino hacia el auto un cortarramas y un calancate se dejaron tomar unas fotos, también me encontré con una guardaparue sque me dio charla y me brindó información, justo cuando cruzaba caminando un gallito copetón, ave emblemática del parque, por lo que finalicé contento otra nueva estadía en Lihué Calel porque me eran esquivas, cargando las pilas para emprender el tan ansiado viaje hacia la cordillera. Antes de salir recibí de obsequio una lista impresa en forma de folleto con las especies de aves registradas que atesoro para una próxima excursión a tan añorado parque.
Jote cabeza colorada (Cathartes aura)

Misto (Sicalis luteola)

Piquitodeoro común (Catamenia analis)

Jote cabeza colorada (Cathartes aura)

Gallito copetón (Rhinocrypta lanceolata)

Cortarramas (Phytotoma rutila)

Calancate común (Psittacara acuticaudatus)

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