Hace ya varios días, una tarde de sábado utilicé un escondite improvisado con una silla y una sábana, luego tiré unas sobras de guiso de arroz, lo que atrajo entre varias especies a 3 calandrias grandes (Mimus saturninus) un ave común en los pueblos y ciudades, de muy melodioso y variado canto.
Tanto se acercaron que llegaron al límite de mi teleobjetivo, que es 1,5 metros de distancia e incluso menos.
Estas son algunas fotos de esa jornada
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