lunes, 30 de enero de 2017

Camino de Punta Norte a Caleta Valdés

Cuando se visita Península Valdés uno de los caminos más bonitos es el que lleva desde Punta Norte Caleta Valdés, bordeando la costa del mar a muy pocos metros de donde caen los acantilados al mar. Atraviesa unas pocas estancias dedicadas a la ganadería ovina, no obstante no se ven demasiadas ovejas, si son abundantes los guanacos pastando, así como las liebres europeas; un poco menos abundantes son el choique y la mara. Sobre la costa se ven pasar volando gaviotas cocineras, biguás y petreles gigantes; un poco más adentro y sobre los arbustos se ven muchos yal negro, chingolos y calandria mora.
Hice  el recorrido el día 9 de diciembre por primera vez, solo ansío volver a la península para recorrerla con más detenimiento aunque ir a la península es bastante caro ya que cobran una entrada por persona y a los grupos familiares les sale bastante caro en mi opinión, pero de eso contaré más adelante.
Guanaco (Lama guanicoe)

Martineta (Eudromia elegans)

 3 calandrias moras (Mimus patagonicus)

Calandria real (Mimus triurus)


Guanaca amamantando a su chulengo






Biguá (Phalacrocorax brasilianus)

Caminera común (Geositta cunicularia)

Liebre europea (Lepus europaeus)

Choique (Rhea pennata)



jueves, 26 de enero de 2017

Punta Norte (diciembre de 2016)

Uno de los lugares que no se deben dejar de visitar en Península Valdés es Punta Norte. Se ubica en el extremo noreste de la península y sus costas albergan colonias de lobo marino (Otaria flavescens) y elefante marino (Mirounga leonina), algunas especies marinas y varias de la estepa.
Es notable en la entrada y estacionamiento de autos las aves que merodean y bajan cuando ven llegar vehículos, esperando restos de comida. Hay un cartel que indica que está prohibido alimentar a los animales pero ellos siempre buscan posibles migas o que alguien viole la norma. Mis hijas les dieron algunas galletitas ya que para ellas era muy emocionante ver como estos pajaritos comían literalmente de la mano.
En la costa volaban muchos petreles gigantes comunes y había unos cuantos elefantes marinos aunque no lobos marinos como vi casi 4 años antes y ningún elefante marino en esa ocasión.
Son comunes allí las siguientes especies:  chingolo, yal negro, calandria mora, petrel gigante común y martineta entre las aves, entre los reptiles lagartijas del género Liolaemus, entre los mamíferos los anteriormente mencionados pinnipedos, el peludo y ocasionalmente desde la costa orcas, delfines y ballenas francas.
Estas son algunas fotos tomadas el 9 de diciembre a primeras horas de la tarde, más adelante subiré más de este lugar pero con el  foco puesto en especies en particular.
Martineta (Eudromia elegans)

Yal negro (Phrygilus fruticeti) macho

Yal negro comiendo de la mano

Calandria mora (Mimus patagonicus)

Chingolo (Zonotrichia capensis) juvenil

Elefante marino del sur (Mirounga leonina) machos jóvenes


Biga (Phalacrocorax brasilianus)y elefante marino

Liolaemus sp


Elefante marino del sur (Mirounga leonina) machos jóvenes

Petrel gigante común (Macronectes giganteus)

Elefante marino del sur (Mirounga leonina) machos jóvenes

Ostrero común (Haematopus palliatus)

Peludo (Chaetophractus villosus)

Yal negro (hembra)

Martineta volantona

En el mapa parece chica la península pero no lo es, todo queda lejos entre sí






lunes, 23 de enero de 2017

Construcción de nido de sietecolores

Una de las aves argentinas que más me gusta ver y que constituye un reto para mi fotografiarla es el tachurí sietecolores (Tachuris rubigastra), especie común en gran parte del país, más aún en lagunas con juncales de la región pampeana. Si bien son comunes, fotografiarlos es complicado ya que rehúsan salir de la vegetación densa y por ser muy movedizos.
En esta ocasión encontré un nido pero al cual lo estaban construyendo, a fines de diciembre de 2016 en cercanías de la localidad de Gorchs en la provincia de Buenos Aires. Primero tomé unas fotos con el nido bien adentro del juncal pero una vez que las aves se fueron despejé parte de los juncos apartándolos para así fotografiarlos sin impedimentos una vez que las aves regresaran con más material para el nido.
Fueron y vinieron varias veces y no pareció afectarles para nada que hay despejado momentáneamente un lateral, que volví a cubrir una vez finalizada la serie de fotos que hice. Estas son algunas de ese día.