Un ave pelágica que me gustó mucho de ver y conocer es el petrel damero (Daption capense).
Es un ave que al principio no acudía al cebo que se arrojaba al mar para atraerlas pero luego de un tiempo se acercaron al yate aunque la mayor parte del tiempo a una decena de metros con algún esporádico pasaje más cerca.
Las fotos no son gran cosa, no quedé demasiado satisfecho ya que el barco a la deriva quedaba de lado y las aves tenían preferencia por estar a contraluz, además la persona que arrojaba el cebo lo hizo la mayor parte del tiempo en el lado incorrecto; también es muy complicado apuntar con teleobjetivo y obtener una imagen bien enfocada, el barco a la deriva sobre todo, aunque haya oleaje escora mucho, se mueve todo e incluso el observador se marea, por lo que todo se complica. Pero algo es algo y al menos puede apreciar la belleza de esta ave, sobre todo me gusta el diseño del plumaje de las alas y el dorso.
Las imágenes son del 1 de noviembre pasado (para más datos ver enlace al final).
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Mi primera salida pelágica
miércoles, 27 de enero de 2016
domingo, 24 de enero de 2016
La choca y la polilla
En mi último viaje a la provincia de Entre Ríos que hice con el amigo Ricardo Juliano, a comienzos de diciembre pasado, pude ver por primera vez una especie que solo conocía por fotos y tenía ganas de ver: la choca corona rojiza (Thamnophilus ruficapillus). Estábamos observando algunas aves en un camino de tierra que lleva Villa Paranacito hasta que unos metros más adelante de donde nos habíamos detenido observo un ave a la distancia entre unos arbustos. Supuse que era una choca, entonces reproduje una grabación de la especie para cerciorarme que era esamisma y el ave respondió al instante posándose en las ramas de un arbusto seco a pocos metros de distancia. Paulatinamente nos fuimos acercando y aprovechamos para tomar muchas fotos ya que el ave, un macho, tenía en su pico una polilla e intentaba tragarla; esta era un poco grande para su pico y antes de ingerirla la machacó reiteradas veces contra las ramas. Luego de tragar al insecto estuvo unos segundos más hasta que nuestra presencia lo incomodó un poco y se fue hacia unos árboles.
viernes, 22 de enero de 2016
Choca corona rojiza (Thamnophilus ruficapillus)
ORDEN PASSERIFORMES
FAMILIA THAMNOPHILIDAE
Status de conservación según BirdLife: preocupación menor
Habita bosques, selvas y montes del litoral y las yungas.
Construye su nido en forma de taza atado a ramas, usando fibras vegetales y telarañas. La hembra pone 3 huevos blancuzcos con manchas amarronado-violáceas.
Se alimenta de insectos.
Presenta dimorfismo sexual: el macho posee el pecho barrado, la hembra no.
Mide 17 cm
Otros nombres: batará marrón, chalalí
FAMILIA THAMNOPHILIDAE
Status de conservación según BirdLife: preocupación menor
Habita bosques, selvas y montes del litoral y las yungas.
Construye su nido en forma de taza atado a ramas, usando fibras vegetales y telarañas. La hembra pone 3 huevos blancuzcos con manchas amarronado-violáceas.
Se alimenta de insectos.
Presenta dimorfismo sexual: el macho posee el pecho barrado, la hembra no.
Mide 17 cm
Otros nombres: batará marrón, chalalí
miércoles, 20 de enero de 2016
Galería de pato zambullidor chico
A principios de noviembre de 2015 ingresé con mi escondite flotante a una laguna pequeña en un campo cercano a la localidad de Gorchs y entre la variada avifauna que habitaba el lugar me encontré con varios individuos de pato zambullidor chico (Oxyura vittata). No es un pato muy común aunque tampoco raro, además suele ser más arisco que otras especies. Se lo encuentra en lagunas con más profundidad que las que frecuentan otros patos que suelen preferir aguas someras; esto se debe a que la mayor parte de los patos no se sumergen a diferencia de los que muestro en imágenes.
Habría unos 6 o 7 zambullidores de ambos sexos; algunos machos hacían una especie de cortejo o demostración de dominio de territorio, aunque las hembras no parecían darle demasiada atención, incluso algunos eran seguidos por sus parejas.
Lo bueno de esta salida fotográfica fue que los zambullidores fueron muy curiosos con respecto a la presencia de mi escondite, al igual que otras especies de patos aunque fueron más osados, llegando a estar a unos 3 metros, una distancia muy corta teniendo en cuenta que son patos que no están acostumbrados a entornos humanos.
Las siguientes son una selección de las fotos que más me gustaron.
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