Andando de salida de observación de aves en Punta Rasa el pasado 28 de diciembre me encontré ya de vuelta en la playa una garcita blanca (
Egretta thula) que andaba buscando peces en las aguas someras muy cerca de la playa, cuando subía la marea.
Estaba muy concentrada mirando el agua y moviendo un poco sus patas para hacer mover a sus presas, tanto que no se percató que me venía acercando lentamente con el sol en su contra, hasta que quedé parado a escasos metros. Son aves que no suelen tolerar en estos ambientes poco frecuentados a la gente, salvo algunos ejemplares que viven en grandes ciudades y ven mucha gente. Había visto algunas solitarias ese día pero a más de 20 o 30 metros salían volando, esta quedó seguro a menos de 10 metros , quizás 7 u 8, metros, todo un logro para ser que fui caminando al descubierto en la playa.