En el cerro Chapelco, mientras nevaba a mediados de octubre divisé unos chimangos (Phalcoboenus chimango) que se posaron en unos árboles y de pronto observé como llegaban dos de ellos, uno demandándole comida al otro a pesar de estar bien crecido. El adulto le ofreció una lombriz que el otro más joven engulló en pocos segundos, luego de eso se fueron volando.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar